Todo en esta
vida tiene un sentido. Esto solía decir mi abuelo cuando no quería o no sabía el
por qué de algo pero o no tenía ganas, o le faltaba el tiempo en ese momento o, simplemente, no sabía el por qué de algo en concreto e intuía que o le volvería a preguntar
más adelante o que era demasiado importante dejarme sin respuesta o con una
respuesta incorrecta.
Algo así nos
sucede en la CFB con el tema de dejar entrar a los perros ni que sea para
comprar un saco de pienso o una lata para su compañero felino que le está esperando en
casa.
Y, es que todo
en esta vida tiene un sentido, y en este caso es algo complejo, pero vamos a
intentar hacerlo fácil para que todo el mundo nos entienda.
Antes de
empezar, vaya por delante que nos gustan los perros, muchos de nosotros tenemos
uno o varios perros en casa y casi todos los que tenemos perro también tenemos
gato. Ergo, si por un momento pensaste que teníamos algún tipo de fobia, manía o miedo a los
perros, no podías ir más errado.
Comencemos por
el principio,
¿Tiene sentido
que una clínica veterinaria no acepte la entrada a los perros?
La respuesta
fácil, es sí, si la clínica es de exóticos o, en nuestro caso, de gatos, es
decir dedicada al ejercicio de la medicina felina en exclusiva. Bien, esto parece fácil, ¿verdad? en nuestro país y en los lugares privados que se dedican a un uso público pueden ejercer su derecho de admisión. Sin embargo, continuad leyendo, porque de nuevo esto va a ser mucho más interesante de lo que en un primer momento te puede parecer.
Entonces, ¿no es algo
más que una opción Marketiniana?
Pues, sin tener
nada en contra del Marketing y sus diferentes ramas, en nuestro caso no es una
opción de marketing. Dejadnos que os enumeremos los motivos.
- Los gatos
son cazadores pero también son cazados en todos los hábitats donde
habitan. A esto le llamamos dicotomía del cazador/cazado.Esta dicotomía
hace que fuera de su ambiente y en presencia de olores extraños y/o
potenciales depredadores el gato se ponga a la defensiva, porque realmente creen que les está yendo la vida en ello. Los gatos
domésticos caseros pueden identificar a humanos, a perros y a olores fuertes en general (no hace falta que sean de perros o humanos, por ejemplo: un desinfectante o un limpiador que no conocen)
como una posible situación de peligro donde se pueden encontrar con depredadores potencialmente mortales y esto puede llevar y lleva, muy a menudo, a un manejo casi imposible.
- Los gatos,
en general, son animales, territoriales y como muchos animales territoriales utilizan sus feromonas de territorio para marcarlo y sentirse seguros ellos y avisar a otros cuando se están metiendo en su casa aún cuando ellos no están. Empecemos por la territorialidad
y su porque. Seguro que lo son por muchos motivos pero casi seguro que el
tamaño de sus presas les ha obligado a evolucionar así. Como seguro que ya sabéis, los gatos monteses o asilvestrados suelen comer ratones (sobre todo), algunos
pajaritos y alguna lagartija despistada. Sus territorios suelen ser
grandes porque estas pequeñas presas aportan pocas calorías, así un ratón suele aportar 30 calorías mientras que un gato suele necesitar en reposo (es decir, si no hace nada en todo el día) de 200 a 300 calorías de media cada día. Si hacéis el cálculo rápido vais a ver que un gato medio en activo puede necesitar entre 6 y 9 ratones todos los días de su vida al menos desde los 8 o 9 meses hasta que fallece. Esto son muchos ratones. Necesitan un territorio (para ellos solos) muy importante para que ese territorio crie estos ratones cada día. Además no son como los perros o los lobos o, incluso, los leones, que se asocian para cazar presas más grandes, si un gato se asocia con otro no cazan conejos, siguen cazando ratones.
- Bien vayamos ahora con las feromonas. Los gatos utilizan multitud de feromonas para comunicar a sus congéneres (o incluso a ellos mismos) mensajes claros y concretos. Uno de los grupos de feromonas más estudiadas en el mundo son las feromonas felinas del territorio. Seguro que has visto a un gato poner estas feromonas. ¿No? Verás como sí, ¿no te has fijado como un gato cuando llega alguien que ha estado varias horas fuera de su casa vuelve a entrar como se frota contra sus tobillos? ¿Con que parte de su cuerpo lo hace? Con la zona del mentón, la zona de las orejas y la base de la cola, ¿Verdad? Pues de hecho aunque sea mucho menos romántico de lo que te crees no le está diciendo a esa persona que le ha echado de menos, le está diciendo "espera que te pongo mi olor que hueles mal". Estas feromonas de territorio como ves tienen un doble mensaje, te pongo mi olor para que huelas a "mi casa" y puedas estar aquí sin que yo me ponga nervioso y por otro lado, sirve para decirle a un posible intruso esta es "mi casa" y si te pillo invadiéndola puede ser que acabemos mal. Esta doble vertiente hace que cuando un gato está en su territorio con su olor de sus feromonas esté relajado y sin embargo, cuando sale de su casa y pierde este marco olfativo se pone a la defensiva (a esto le llamamos desterritorialización). Y este concepto de "a la defensiva" es un concepto que a los humanos nos cuesta mucho de entender. Dejadme que me explique. Si nosotros salimos de nuestra casa, salimos al rellano, salimos a la calle y vamos a un centro comercial o un hospital, entramos en un ambiente que es todos o no pertenece a nadie, pero no hay miedo (en general ;-)) por poder encontrar el propietario de ese espacio y que nos tengamos que pelear a muerte con él. ¿Verdad? Bien pues con los gatos esto no es así, el gato que sale de su territorio, sale para entrar en el territorio de otro, sino su territorio sería mayor y tendría más sitio para poder cazar el mogollón de ratones que le corresponde a lo largo de su vida. ¿Me seguís?
- Los gatos además son una especie muy diferente del perro necesita de conocimientos médicos y, sobre todo, de un manejo muy diferente, si has venido alguna vez a nuestras instalaciones has podido comprobar que en general no hay ruido, hay pocos olores (intentamos mantener todo limpio y como mucho con olor de lavanda, una de sus plantas fetiche). Todo el personal de la CFB ha seguido estudiandosobre medicina felinadespués de los estudios en la universidad, porque desgraciadamente, los conocimientos que se alcanzan en las facultades sobre gatos son muy limitados.
Cómo veis no es una opción de Marketing, nos mueve un único motivo, lograr que el gato que solo por salir de su casa va a pasar un rato "regularcillo" no lo pase fatal por culpa de olores fuertes, ladridos... Por estos motivos no podemos dejar entrar en nuestras instalaciones a los perros. Y somos conscientes que a menudo un gato en concreto va a ser muy amigo del perro con el que convive, sin embargo los otros pacientes felinos que nos visitan, no conocen a ese perro y por su olor no saben si allí ha estado un Chihuahua de 2 kg o un Mastín del Pirineo de 45 kg.f
Esperamos que así entiendas mejor el por qué de nuestra exclusividad felina, no lo hacemos por nosotros, lo hacemos por nuestros pacientes.